La carga creciente del Alzheimer en los costos de atención médica, salud del cuidador y población mayor de 65 años

(BPT) – Hace alrededor de diez años, a Ray, el padre septuagenario de Kristen Beatty, le diagnosticaron Alzheimer. Desde entonces, padece de paranoia, insomnio y alucinaciones, porque piensa que le están robando. Aunque Beatty y su hermano tratan de tranquilizarlo y disipar sus temores, esa lucha diaria lo ha afectado enormemente. Sue, la madre de Beatty, se encargó del cuidado de Ray durante unos cinco años. En el 2012, Sue falleció inesperadamente de un infarto, o, como la hija suele afirmar, “se le rompió el corazón”.

“[Mi madre] estaba exhausta a causa de cuidar continuamente a mi padre, y por la presión que eso implicaba”, asegura Beatty. “Ella consumía alimentos sanos, caminaba todos los días y se cuidaba mucho, por lo que pienso que fue el estrés. Mi hermano y yo nos sentimos culpables porque podríamos haberla apoyado más, pero ella no pidió ayuda, ni tampoco quiso trasladar a nuestro padre a un asilo, ni asistir a grupos de apoyo”.

El estrés y la presión que enfrentó la madre de Beatty no se diferencia en lo absoluto de las experiencias de millones de cuidadores de pacientes con Alzheimer en toda la nación, quienes atienden principalmente a los que padecen esa enfermedad porque desean mantener al familiar en casa, a su proximidad a la persona con demencia, o la supuesta obligación que han contraído. Todas esas presiones pueden tener graves consecuencias para esos cuidadores.

Por ejemplo, más de uno de cada tres cuidadores de pacientes con Alzheimer u otros tipos de demencia afirman que su salud ha empeorado debido a las responsabilidades adquiridas, en comparación con uno de cada cinco cuidadores a cargo de ancianos que no padecen de demencia. Además, la depresión y la ansiedad son más comunes entre los cuidadores de pacientes con demencia, en comparación con quienes atienden a personas con otros trastornos diferentes.

Estos resultados forman parte del informe 2017 Alzheimer’s Disease Facts and Figures, dado a conocer recientemente por Alzheimer’s Association. El mismo analiza nuevas investigaciones sobre costos, predominio, incidencia, cuidados, y mortalidad y morbilidad, y revela un incremento drástico en las muertes por Alzheimer, la única causa de fallecimientos entre las diez principales en Estados Unidos que no pueden prevenirse, curarse, ni siquiera retardar sus efectos. Sin embargo, las muertes por otras causas importantes están disminuyendo, entre el 2000 y el 2014, los fallecimientos por infarto cardiaco descendieron un 14 por ciento, en tanto que las provocadas por el Alzheimer se incrementaron en un 89 por ciento.

Otro hallazgo del informe es la carga creciente de los costos del Alzheimer. Por primera vez en la historia, en los Estados Unidos se gasta anualmente más de un cuarto de billón de dólares ($259 mil millones) para atender a pacientes de Alzheimer y otros tipos de demencia. De esa cifra, $56 mil millones proceden de desembolsos personales. Según el informe, los costos por concepto de desembolsos personales para el cuidado de pacientes con Alzheimer son sorprendentemente altos, a pesar del apoyo de Medicare y Medicaid. De hecho, los pagos anuales por persona en los ancianos con Alzheimer y otros tipos de demencia son casi cinco veces más altos ($10,315) en comparación con quienes no padecen esas enfermedades ($2,232).

Según Beth Kallmyer, vicepresidenta de servicios a electores de Alzheimer’s Association, la prestación continua de servicios a la cantidad estimada de 5.5 millones de estadounidenses con Alzheimer, debe seguir siendo prioridad política nacional en lo adelante, ya que se proyecta que la población con riesgos potenciales de padecer Alzheimer casi se duplicará en el 2050, de 48 a 88 millones.

“En la medida que la cifra de pacientes con Alzheimer siga creciendo, también lo harán el impacto y el costo de la atención a los mismos, tanto para nuestro sistema de salud como para los millones de cuidadores que trabajan gratuitamente”, explica Kallmyer. “Aunque se han reportado incrementos en los fondos federales para investigaciones, así como en el acceso a planificación de cuidados críticos y servicios de apoyo, la ampliación de opciones y respaldo a la atención centrada en la familia y la comunidad, y el otorgamiento de fondos a otras investigaciones que nos aproximen más a opciones efectivas de tratamiento, y en última instancia a una cura, siguen siendo una necesidad urgente”.

Para tener acceso a la versión completa del informe Facts and Figures, visite el sitio web www.alz.org/facts. Para obtener información integral, apoyo y recursos sobre el cuidado de pacientes de Alzheimer, visite www.alz.org/care/overview.asp.

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