La atención de la enfermedad cardiaca de Mamá puede ser un asunto de familia

(ARA) – Para muchas mujeres, el papel de “madre” y “cuidadora” son uno solo. Mamá está siempre disponible para los hijos, el esposo o sus propios padres. Sin embargo, cuando una mujer padece una enfermedad cardiaca -a menudo en forma de un infarto o un derrame cerebral- los papeles se invierten, y mamá pasa de ser una “cuidadora” a una “persona que recibe cuidados”.

Carol Morrissey, de 69 años, aprendió esta lección en carne propia cuando sufrió un ataque cardiaco a los 53, y tuvo que ser sometida a una operación de desvío coronario cuádruple. Durante su recuperación, Karen, su hija, pidió licencia de su trabajo y viajó a cuidar a su madre.

“Fue muy abrumador”, recuerda Karen Morrissey. “Usualmente, mi madre es la primera persona a la que recurro en busca de ayuda, pero en esos momentos era ella la que me necesitaba a mí”.

Si bien un infarto puede tomar por sorpresa a muchas mujeres y a sus familias, el predominio de las enfermedades del corazón en las mujeres puede ser igualmente estremecedor.

“Las enfermedades cardiacas son la principal causa de muerte en las estadounidenses, ya que causan más de la tercera parte de los fallecimientos cada año”, explica Lisa M. Tate, directora ejecutiva de WomenHeart: The National Coalition for Women with Heart Disease, la única organización defensora del paciente que apoya a los 42 millones de mujeres estadounidenses que padecen o tienen riesgo de padecer enfermedades cardiacas. “Lamentablemente, las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de recibir tratamiento apropiado después de un ataque cardiaco”.

Al igual que en el caso de Carol y Karen, los problemas cardiacos pueden ejercer un impacto en toda la familia, no solamente en las mujeres. A medida que la generación de postguerra envejezca, más esposos e hijos adultos tendrán que cuidar de los miembros de sus familias. Según indican las encuestas, las generaciones más jóvenes sienten cada vez más la presión de cuidar de sus seres queridos de edad avanzada, mientras que las generaciones de más edad son conscientes de que sus decisiones de salud pueden afectar la salud de quienes les rodean.

“Los cambios de vida que se producen luego de que alguien sufre un ataque cardiaco – cambios en la dieta y los ejercicios, adopción de nuevos regímenes de medicamentos, aparición de depresión que aqueja en ocasiones a los sobrevivientes de un infarto- pueden ser abrumadores para toda la familia”, asegura Tate. “Sin embargo, los miembros de la familia son una parte importante del equipo, ya que ayudan a su ser querido a recuperarse de un problema cardiaco y a evitar que ocurra otro”.

Los miembros de la familia pueden ayudar de varias maneras a la recuperación de la madre que ha sufrido un infarto, y posiblemente a evitar otro:

* Recordarle a Mamá la importancia de seguir al pie de la letra el régimen de medicamentos establecido por sus médicos. Incluso seguir pasos simples, como adoptar un régimen regular de aspirina, puede evitar otro infarto en un 30 por ciento, pero es importante elaborar un plan conjuntamente con el equipo médico que atiende a Mamá.

* Buscar formas de ayudar a Mamá a reducir el estrés, tal vez con la práctica de meditación, yoga o respiración rítmica.

* Proporcionar estímulo para que mejore sus hábitos de dieta y de ejercicio, para que deje de fumar y cumpla las órdenes del médico de descansar y tomar medicamentos, sin que se moleste ni se desanime.

* Equilibrar el horario de visitas de amigos y seres queridos para que pueda disfrutar del descanso que necesita.

* Y lo más importante: los miembros de la familia deben cuidarse y, si se sienten agobiados, buscar asesoría profesional o apoyo de otras personas en situaciones similares por Internet y en grupos de apoyo.

“Mi hija ha sido tan importante para mi recuperación como mis médicos y los medicamentos”, afirma Carol. “Karen me hacía magníficos platos saludables y me acompañaba en mis caminatas diarias. Además, me recordaba que debía tomar aspirina y otros medicamentos todos los días, estaba conmigo en las consultas y chequeos, y me ayudaba a mantener la dieta y la rutina de ejercicios. Le estoy muy agradecida por el apoyo emocional y por el tiempo que dedicó para estar juntas. Realmente me ayudó a superar un gran obstáculo en mi vida”.

Visite el sitio Web www.iamproheart.com para obtener más información sobre opciones para llevar un estilo de vida saludable que pueden ayudar a evitar un infarto, y para obtener más detalles acerca de la aspirina, que puede reducir el riesgo de muerte hasta en un 23 por ciento si se administra cuando hay sospecha de infarto y durante los 30 días posteriores. Para obtener más información y consejos para la recuperación de un infarto, visite www.womenheart.org.

Como la aspirina no es apropiada para todas las personas, debe consultar con su médico antes de iniciar el régimen correspondiente.

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